Ella y él

Él creía que robando un corazón, sería dueño de este.
Él creía que la magia podía usurparla,
Entonces ella apareció, lo miró a los ojos.
Ella tan gris como antes, con sus ojos cafés y las ojeras de otoño.
Ella lo golpeó, le hizo ver el suelo.

Le arrebató el corazón robado, lo pateó y apuñaló.
Lo abofeteó tres veces, y lo llamó cobarde.
Ella le arrebató los ojos, los estrujó sin piedad.
Ella era luz pero no piedad.
Él era dulce, pero no bondad.
Y ellos siguen aquí.
Él robando corazones, y ella recordandole cuan insignificante siempre será, por su falta de amor a si mismo.

Golpeteos

Hay días de recuerdos,
Recuerdos que rompen el cristal del presente
Con un solo golpeteo.

Y cada pedazo se clava entre mis extremidades, desgarrando mi piel
Y pintando el cielo de rojo, de mi sangre.

Cada tarde, cada noche y sin aviso
Los golpeteos vuelan mis sesos,
Me rompen en pedazos
Cosen mi lengua, mis ojos
Torturándome, elevando mi rabia a niveles incontrolables.
Torciendo mi frágil mente.

Creando grandes monstruos
Que me pisan tantas veces que pierdo la cuenta del reloj.

Y entonces despierto, a dormir en mi cama
El dolor fluye por mis orejas,
Que absorbe mi almohada
Enferma y muerta.

Sigo aquí y no me veo

Si mis problemas te agitan,
No pierdas tiempo...
¡Vete!!
Pues no necesito de ti,
Vete y vuela con tus alas de seda,
Y no me muestres tu mano,
Mi veneno terminará matándome...
Ya no se quien soy, que hago, que vivo, que quiero...
Ya no me veo al mirarme en un espejo,
Ya no tengo corazón que dar,
Ya no tengo lazos que desatar,
Quizás digas entender todo...
No fijas, no necesitas fingir!
¡No te quiero! ¡No me importas!
Y si no te vas, no dudaré en usar tu cráneo de copa.