-4° carta-
Muerte!
¿Ves el mundo?
¿Ves la gente?
No es el mundo de antes,
es un mundo cada día mas marchito
y cada vez mas incapaz de cambiar...
Van de error en error...
Han convertido en lo correcto en lo incorrecto.
Han puesto las leyes que rigen nuestro pensar,
nuestros sentimientos
y nuestra moral
de cabeza.
El mundo esta al revés.
Por que si no lo notas,
El preso esta libre y la victima esta encarcelada.
Mundo al revés.
Has observado como todos los humanos de a pies,
usan y botan todo,
hasta a las personas.
Humanos de a pie... tan bajos y mundanos....
Prefiero, ser un animal...
una criatura....
Por que si no lo has notado, que hasta un animal tiene mas sentimientos dulces, sublimes y sinceros que un humano de a pie.
-3° carta-
Morir y sufrir por ultima vez
Diluirme con el viento,
y desvanecerme entre las sombras del vació...
Alejarme de este mundo y contemplar la felicidad en morir.
Nada me ata aquí....
Nada me ata a este mundo color gris
Nada me ata a este mundo negro y repugnante...
Prefiero morir
antes de ser parte de esta sociedad
color destrucción....
Jamás comprenderé el pensar
de los humanos de andar...
Jamás comprenderé los valores sin ética,
ni moral alguna que estos seres de a pie profesan,
como pan a los pájaros echados al vació.
Soy una criatura en busca de la verdad real y no opuesta.
Y aunque mis valores no coinciden con el de los humanos de caminar,
Me siento bien así,
y seguiré siendo así hasta que la muerte toque mi hombro
y me lleve consigo.
Extraño cuando solíamos reír,
Cuando solíamos jugar...
Eramos como dos pequeños niños...
Extraño mas cuando eramos tres.
Si, tres!
Tres locos, bombeando al mundo de alegría
y amaba esa extraña y cálida atmósfera que se formaba cuando nos uníamos los tres.
Sí! Lo extraño!
Extraño todo eso, y cada segundo que lo pienso deseo regresar a atrás...
En aquel tiempo donde eramos felices...
Sin mentiras, sin falacias, sin rencores.
A cada segundo tengo un deseo de regresar al pasado,
tomarte del brazo y jamás soltarte.
Pero... francamente... y sin dar mas vueltas a este poema, lo diré y sin ningún rencor ni arrepentimiento lo diré.
TE EXTRAÑO Y DESEARÍA VOLVER AL AYER.
Cuanto dolor en una pequeña muñequita de algodón...
¿Cuanto dolor sufre mi inalcanzable princesita?
Oprimida por la miradas cegantes de su verdugo.
Obligada a cantar y bailar para gusto de su opresor...
Joven y dulce princesita!
No solloces mas!
Que el mundo gira.
Deja atrás el dolor que solo lastima tu dulce y cálida alma.
Deja atrás el rencor, aquel que solo te retrocede en el pasado y disminuye tu tiempo de vida en este mundo.
Sonríe, pequeña.
Mañana amanecerá y será otro día.
Un día nuevo y mejor.
Sonríe...
A veces siento dolor
Un dolor intenso...
y aveces pienso que no acabará esta agonía,
luego suspiro y vuelvo a mi caminar
sin un punto fijo de llegada, sigo sollozando discretamente...
Derramando dolor y mas dolor...
La sonrisa en mi rostro se ha difuminado como la alegría de mi andar.
Sigo caminando con una maleta llena de dolor y una cartera llena de recuerdos...
Recuerdos baldíos, difusos y casi olvidados en los rincones de mi mente.
Y así es, y así será por siempre.
Lloré!
sí, lo hice!
¿ Y quien no lo haría?
Al mirar con detenimiento mi rostro,
me di cuenta lo triste que eran mis ojos...
lo fríos y vacíos que mostraban parecer...
Llenos tan solo de angustia y dolor...
Eso fue lo que causo mi llanto...
Tanta tristeza, me hizo sollozar en silencio...
De momento partí de la habitación,
Limpie mi cara, y retorné a lo cotidiano
Sonreí, y una vez más fingí estar bien.
Así fue, y así será siempre....
y que mas da...
Tengo frío...
Quisiera sentir tus tersos brazos
abrazarme fuerte
Pero, están ... tan... lejano de mí...
Tan lejano...
Tengo ganas de sentir tu calidez,
Sentir las caricias de tus labios
al rozar los míos.
Sentir contigo mi primer beso...
Sentir todas esas sensaciones infinitas del que todos hablan.
De ese volar, de esa galaxia en una sola acción...
Un beso...
Un beso tuyo...
Es próximo nuestro encuentro mi amor,
y dejaré de tener frío
gracias a tu calor.
¿ Irónico, no?
Terminé enamorándome.
Después de haber insultado y blasfemado a cupido,
después de haber escupido a cupido en su propia cara.
Luego, después de haberme burlado de los tortolitos enamoradizos, terminé hechizada por ese sentimiento furtivo que violento mi corazón con la misma rudeza mía.
Terminé siendo domada.
Y aunque suene irónico, soy feliz.
Muy feliz.
Perdón y gracias, cupido.
