miércoles, 10 de octubre de 2012

Y todo acaba.


Es cierto el mundo no se ha detenido sin él,
pero se he detenido mi mundo.


Mi mundo interno ha dado una pausa, y va cubriéndose de dolor.


Las olas de la tristeza agazapan y azotan mi mundo como un maremoto de grises, tenues y tristes recuerdos de él.


Mi mundo es aturdido sin aviso, demolido sistemáticamente en pocos minutos.


Palabras pulso cortantes, él dijo.


Esas palabras se unieron con las demás, Sentí como si me quitarán los dedos, me los cortarán y los tirarán al vacío.


Sentí como miles de cuchillas apuñalarán mi piel hasta lo mas profundo en incontables minutos.


Yo lo quise, dios lo quise mucho.....


Las cosas que hice solo por que él, las pidió.


Cuantas transformaciones hacia cada día a mi mundo interno,
Cuantas veces encerré a mis violentas fieras solo por él....
Tantas modificaciones....
Buenas para mi y eso lo sabia desde lo mas profundo del bosque de mi mundo.


Lo amé, dios lo ame mucho...


Abrí las puertas del castillo acorazonado de mi exiliado mundo de papel, letras y lapices.


Me armaba de valor, y respondía siempre al mundo exterior que nuestro amor triunfaría pese a la tempestad, a la tormenta, a la distancia que nos separa....
Pese a todo eso, triunfaría.


Ella me dijo; deja de creer que no eres nada sin él.


Esas palabras tan sin pensar, que salieron de tu boca.


Yo respondí; siempre fui algo, con él o sin él.


Dije esas palabras para calmar tu ansiedad, preocupación y sordida estrepitez de melancolía que sufrías a causa mía.


No pude mas, liberé mis fieras violentas en contra tuya.


Debiste callar, y marcharte.


No entiendes la organización funcional de mi mundo, tan complejo y tan extremo.


Aún el dolor azota mis calles, destruye mis casas y libera los fantasmas escabrosos.


Tuve que eliminarte, tuve que hacerlo.
Tome agallas, de lo poco que tenia en mi casa y corrí detrás de ti, y te arroje al muelle del horror y olvido.


Dije algunas cosas que te hirieron, mientras tu caías agazapado al vacío, con el fin de que no volvieras y aún que quería que te quedarás, debía arrojarte y enterrar bajo los huesos calcineros de mis recuerdos.


Lo hice, caíste.
Te herí, en lo mas profundo de tu auto estima.
Te herí y las lagrimas intrusas brotaban de mis ojos cafés recorriendo mis mejillas mientras lo hacia.


Me dolió, tan igual que a ti.


Tu me regalaste la libertad, me dejaste libre.
Pero yo era como un cachorro pequeño que no quería dejar a su amo, no quería ese regalo, no lo deseaba.


Te amaba, JODER.
Lo hacia.


Pero... poco a poco reconstruiré mi mundo otra vez.
Y aquel castillo será cerrado para siempre.


Mis fieles amigos, que soportaron mis llantos de tristeza y violencia, son mis mejores escuderos.


Esos dos Jockers que me obligan a bailar y a dejar atrás mis penas.


Los quiero demasiado, ellos hacen que la esperanza en el mundo exterior exista aún.


Y algunas viajeras guerreras medievales intentan calmarme y destruir los baldíos recuerdos de aquel ser celestial a quien amé y amo.


La religión también me persigue, intenta purificarme a fuerzas.


Yo iré viajando y reconstruyendo, mi mundo.


Y antes de terminar de escribir con mis teclas de mi computador este poema donde plasmé mi dolor del momento, diré algo; jamás me arrepentiré de haberte conocido.